Este artista experimental de origen griego asentado en Berlín, Angelos Liaros-Copola, publica en el sello alemán Force Inc. / Mille Plateaux su segundo álbum, A Modern Dialect, en el que explora espesuras sonoras en densos paisajes en clave dub techno industrial. Obligatorio escucharlo con audífonos a un volumen alto para experimentar la fibra mineral de estas crudas manifestaciones de masas de texturas en capas granuladas en una estética dark.
Sorprende en la escucha tratamientos cavernosos de frecuencias y señales convertidas en pasmosos bloques de sonido, enhebrados en secuencias de electricidad descarnada y destellos fulminantes de feedback y pasajes technoise en pulimentada roca negra de cristal, si acaso hay analogías para describir la tensión emocional de esta plétora de sonidos postindustriales.
Nueve tracks concisos, cada uno en promedio de 4 y medio minutos, componen este acetato, también en descarga digital, que cumple manifiestos soterrados con un acercamiento fluido cinemático, truena con temas de ácida crítica a una sociedad decadente y deshumanizada.
Si bien el track de apertura “Collapsing horns” rasga superficies pétreas a cincel butano con la participación de Christos Perentis con un clarinete procesado, solo preludia un intenso relato sonoro industrial de lo que sigue. El segundo tema, “We are disposable” discurre en un tratamiento te techno uptempo para bailar entre descargas eléctricas. “United conspiracy” en el tenor de un tempo rítmico medio se abre entre capas de sonidos industriales procesados en una tónica electro-EBM.
En “Theory of power” Liaros-Copola juega con micro texturas granuladas entre percusiones que se construyen en detallada inducción con batidas sorpresivas de sintetizadores y estática rítmica. Sin duda es de los cortes favoritos de este álbum.
Una breve exploración forense “Open body”, entre capas de texturas graves y siempre los fondos industriales subterráneos. “Individualism is God” recobra el talante industrial electro, con un cierto guiño al Belgian new beat de finales de los 80. Correlato orgánico el track 7 “Fatal addiction”, consistente con componentes industriales de ritmos ultra graves y texturas vibratorias con vitamina technoise.
La pieza más larga del disco, “Call+30-For Crisis” poco más de 6 minutos, sigue el patrón EBM-industrial del anterior, con secuencias de sintetizador aderezadas con efectos tubulares y elongaciones sonoras drone.
Cierra Liaros-Copola con un corte de título elocuente “End is just the beginning” que burbujea en low key de ensueño siderúrgico en desolados subterráneos en crescendo distópico con abrupto finale.
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