Glam-rocker, pionero del ambient, prodigioso cazatalentos, artista multimedia, mancuerna totémica de decenas de colaboraciones, innovador tecnológico, figura cultural icónica y descrito a sí mismo como no-músico — sobre el curso de su prolongada, prolífica y muy influyente carrera, Brian Eno ha sido todo esto y mucho más, porque ha tenido la visión de formar sellos y colecciones especiales para explorar alguna veta sonora en particular o conceptos para acuñarse y construirse, muchas veces en colaboración o como productor.
Pocos estarían dispuestos a negar la influencia de Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno como uno de los más grandes innovadores de la música contemporánea.
Ha utilizado la electrónica y la producción como un instrumento en sí mismo, para la transformación de las emociones producidas por la música. Es heredero de pioneros tan lejanos como Thaddeus Cahill y su Telharmonium, Luigi Russolo y sus intonarumori convirtiéndose en influencia de generaciones de músicos y productores, y partícipe en la formación de exitosos proyectos y colaboraciones seminales.
En grandes momentos de su vida como artista multifacético Eno ha privilegiado la teoría sobre la práctica, y en otras lo aleatorio de la aventura contra el plan, también la textura libre sobre la estructura.
En este proceso, siempre alterando las maneras en que se aproxima a la música, y como es compuesta, ejecutada y percibida, y todo, desde el punk al techno y al arte sonoro, la instalación sonora, contiene una decisiva influencia de Eno.
La vida de Brian transcurrió en sus primeros años en la campiña de Woodbridge, Inglaterra, el 15 de mayo de 1948. Educado en el poblado rural Suffolk, área cercana a una base aérea estadounidense, desde pequeño vivió enamorado de la música que escuchaba en su entorno, sobre todo “música marciana” de doo-wop y el rock’n’roll tempranero transmitido por la radio de la armada de EE.UU.
Al ingresar a la escuela de artes, se volcó sobre el trabajo de compositores contemporáneos como John Tilbury y Cornelius Cardew, las obras y propuestas de minimalistas y maestros de la experimentación sonora. John Cage, LaMonte Young y Terry Riley, poblaban sus escuchas. Instruido en los principios de la pintura conceptual y de la escultura con sonidos, Eno empezó a experimentar con grabadoras de cinta, de las cuales obtuvo su primer instrumento, encontrando enorme inspiración en las orquestaciones de Steve Reich en “It’s Gonna Rain”.
Luego de incorporarse al colectivo avant-garde de performance Simultaneous Cabinet, de Merchant Taylor, y hacerse cargo de las vocales en un generador de señales, también se relacionó con la unidad de improvisación rock de Maxwell Demon, uniéndose en 1969 a la Scratch Orchestra de Cardew, enlistándose después como clarinetista con Portsmouth Sinfonia.
Roxy Music: glam y duelo de egos, re-codificación del pop
En 1971 probó las delicias de la celebridad al unirse a la banda de glam rock Roxy Music, tocando el sintetizador y dando tratamiento electrónico al sonido del grupo, un matiz experimental. Entonces la apariencia de Eno era un enigma de extravagancia, con maquillaje, grandes plumas color pastel y corsetes de terciopelo. Su talento e imagen amenazaban el liderazgo y temperamento de Bryan Ferry en el grupo, y las relaciones entre ambos se amargaron. Después de dos discos — Roxy Music en 1972, y el brillante For Your Pleasure en 1973– Eno abandona de las filas de la agrupación para embarcarse en una serie de ambiciosos proyectos alternos.
El primero, producido en 1973, tuvo como resultado No Pussyfooting, en dupla con Robert Fripp. Para las sesiones de grabación, Eno empezó a desarrollar sistemas para generar las señales sonoras, que luego bautizaría como “Frippertronics” por estar enfocados en la guitarra de Fripp, con delays secuenciados, para emplear la tecnología de estudio como medios para la composición musical.
En estas experiencias consolidó una plataforma de recursos técnicos que junto con el dub, cultivado en Jamaica, se usarían más tarde en el sampleo y mezcla en el hip-hop y el desarrollo posterior de la música electrónica.
Las inquietudes de Eno se manifestaron también tempranamente en sus proyectos como solista, y músicos invitados, en una reescritura del pop, que comenzó con la producción del frenético experimento de Here Come the Warm Jets, que llegó sorprendentemente a las lista británica del Top 30 con la fuerza del éxito proto-punk “Seven Deadly Finns”.
Durante un breve liderazgo en la banda the Winkies, montó una serie de presentaciones en vivo a pesar de cierta enfermedad; y a menos de una semana en la gira, Eno sufrió un colapso pulmonar, y pasó los primeros meses de 1974 hospitalizado. Luego de recuperarse viajó a San Francisco, donde tuvo contacto con un conjunto de postales que representaban una ópera revolucionaria china, que inspiró el disco de 1974, Taking Tiger Mountain (By Strategy), otra asombrosa colección de criterio libre de canciones de pop abstracto.
Estrategias Oblicuas, por el camino del ambient
Un accidente automovilístico en 1975 dejó a Brian Eno en cama por varios meses. Una noche, presa de la fiebre, se despertó de noche, imposibilitado para moverse y encender el aparato estéreo, sintió el tapiz de fondo, el ambiente la lluvia al caer y los transportes urbanos pasar, momento que le asaltó una portentosa iluminación la posibilidad de la música ambient, que desarrollaría en los próximos años en varias colaboraciones históricas, y la serie.
Se dio cuenta de que la música podría asumir propiedades similares a las de la luz y el color, para mezclarse por toda una atmósfera creada, sin alterar el balance ambiental.
Pero esa iluminación también se cifra en su muy personal sistema de psicomagia, al resolver el curso de sus caminos creativos a partir de un mazo de tarjetas instruccionales, llamadas Oblique Strategies, que ideó y sistematizó con Peter Schmidt.
Encabezado por el lanzamiento en 1975 del disco de corte minimalista Another Green World, Eno se decidió categóricamente por el camino de lo ambiental con su siguiente iniciativa de colección musical en Discreet Music, el primer capítulo en una serie de diez volúmenes de trabajos experimentales, producidos en su propio sello disquero: Obscure. Ese mismo año aplica sus principios a una segunda colaboración con Robert Fripp, con el álbum “frippertrónico” Evening star.
Al regresar a las estructuras pop cierra la tetralogía con el álbum Before and After Science de 1977, y proseguir sus experimentos de ambient con Music for Films (1978), una colección de piezas fragmentarias creadas como soundtracks para películas imaginarias.
En la hiperactividad creativa que le ha caracterizado, Eno se convirtió en el camino –en forma por demás natural–, en un talentoso cazatalentos y productor de innumerables grupos y proyectos, asociándose con el grupo alemán Cluster con estrellas del pop como David Bowie, para quien produjo la maravillosa trilogía de discos Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979), la llamada trilogía berlinesa, aunque el último fue grabado en Zurich y Nueva York.
También produjo la prodigiosa compilación No New York en 1978, año en que inició larga y fructífera unión con el grupo Talking Heads, en particular con David Byrne, expandiendo su participación en el curso de los álbumes More Songs About Buildings and Food (1978) y Fear of Music (1979).
Un punto de inflexión en la colaboración entre Eno y Byrne inició con un estudio inspirado en la música étnica moderna, y con esa búsqueda se creó el álbum de Talking Heads, Remain in Light en 1980. Las fricciones con el resto de la banda propiciaron la salida de Eno. Pero esto no detuvo su relación creativa con Byrne, y llevaron sus ideas del momento a un nivel superior en 1981 con la producción de My Life in the Bush of Ghosts, un producto altamente cotizado por la creatividad invertida y los toques experimentalistas de muchas de sus piezas, en las que se fusionan la música electrónica con el uso pionero de percusiones autóctonas y una vasta colección de samples, que incluyen algunos exorcismos.
Mientras tanto, Eno mantuvo en expansión el concepto y trabajos bajo el paraguas de la ambient music con el disco Music for Airports, grabado en 1979, diseñado originalmente para tranquilizar a los pasajeros de aviones con miedo a volar. En 1980 se embarcó en trabajos minimalistas con el compositor Harold Budd (The Plateux of Mirror) y con el trompetista avant-garde Jon Hassell, entonces en una inmersión experimental con música étnica y electrónica, con Fourth World, Vol. 1: Possible Musics.
Inició una relación creativa muy prolífica con el productor Daniel Lanois, con quien Eno armó uno de los equipos de producción más talentosos de los 80, produciendo una serie de discos con el grupo irlandés U2 notablemente The Joshua Tree (1987) y Achtung Baby (1991) que contribuyeron con el posicionamiento de la banda como uno de los proyectos pop más respetados en el mundo.
A pesar de esta frenética actividad, Eno se dedicó a sus trabajos individuales, moviéndose de los terrenos del ambient con On Land, en 1982, hacia otros mundos sonoros en Apollo Atmospheres and Soundtracks de 1983, una colección de trabajos inspirados en tópicos espaciales, creados en equipo con Lanois y el hermano de Brian, Roger Eno. En 1985, Eno regresa con Thursday Afternoon, el soundtrack para una cinta VHS de videopinturas para el artista Christine Alicino.
De regreso al crisol de innovación
Después de producir el trabajo solista de John Cale, Words for the Dying en 1989, el dúo colaboró en Wrong Way Up en 1990, el primer disco en muchos años en que Eno participaba con su voz. Dos años después regresó a sus proyectos individuales: The Shutov Assembly y Nerve Net, seguido en 1993 por Neroli, Glitterbug un soundtrack, de 1994 para un film póstumo de Derek Jarman, que fue retrabajado por Jah Wobble y lanzado en 1995 como Spinner.
Adicionalmente a sus aventuras con el sonido, Eno frecuentemente incursionó en distintas disciplinas y medios. Desde 1980 con el video de formato vertical Mistaken Memories of Medieval Manhattan; junto con el diseño en 1989 de una instalación de arte para ayudar a la inauguración un santuario Shinto en Japón, y en 1995 con Self-Storage, un trabajo multimedio creado con Laurie Anderson.
También publicó un diario en 1996: A Year with Swollen Appendices, y formuló los principios de Generative Music I, un software diseñado para activar una serie de protectores de pantalla para computadora con patrones musicales aleatorios automatizados, interactivos, marca personal de su carácter de incansable innovador, a unos pasos de otro genial concepto: música generativa.
Son muchos otros los proyectos en que el incansable Brian se ha involucrado al cierre del siglo pasado. Colaboraciones para soundtracks, instalaciones, y su infatigable labor como cazatalentos.
Tenemos Eno para rato en el siglo 21, pero esa será historia para la segunda parte de este dossier.
Créditos de fotos:
Eno con Cage
https://www.whosdatedwho.com/Brian Eno: Sang ‘Non-Musisi’ Penjelajah Bunyi | SuperMusic.ID
Brian Eno: An Illustrated Man | HuffPost
David Byrne and Brian Eno – Mex Mad
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