Una pista colmada de secretos (1 de 2):


Géneros y estilos de la música electrónica de baile

Durante los últimos treinta años del siglo 20 se desarrollaron los ingredientes que darían forma a los principales géneros de la música electrónica para pista de baile. Variantes y subgéneros, siempre mutantes, cuyas diferencias básicas dependen de dos componentes fundamentales.

Por un lado el ritmo: consistente esencialmente en la velocidad del lead beat (golpe) en la sección de percusiones, que se mide rangos de BPM (beats por minuto). Por otro, sonidos característicos de los instrumentos o técnicas que se utilizan, generalmente establecidas por la industria en un periodo de tiempo determinado, y que perduran en la memoria colectiva según múltiples variantes que tienen que ver con la cultura de la sensación y el movimiento, y su expresión corporal, la danza, el baile.

Curiosamente muchos de los instrumentos electrónicos, creados para sintetizar y sustituir costosas agrupaciones musicales, terminaron siendo hackeados, muchas veces subvertidos y su funcionalidad sonora original transgredida, en numerosas ocasiones por “errores afortunados” y “adaptaciones” y que terminaron por asumir su propia identidad musical y cultural y una versatilidad prácticamente sin límites.

Géneros anteriores a la música electrónica

Las derivaciones culturales del ritmo son motores de innovación y establecimiento de vocabularios y cánones distintivos, únicos, que transitan hacia la generación de un nuevo género, sobre todo a partir de la disrupción emergente que desmitificaría para siempre el canon clásico basado en el adusto y hasta grave romanticismo de los Wagner y Mahler.

Se trataba de romper con la dictadura de la armonía, a la que se acusó de artificial, y tanto el ruido como el silencio esgrimieron sus potestades. El mazo del atonalismo, el microtonalismo, el serialismo, minimalismo, música concreta, electroacústica y electrónica. Se abrazó la innovación disruptiva y la inclusión, dieron bienvenida a regionalismos, tropicalismos, la música negra, el rag, el jazz, tocándose por primera vez, y cohabitar para siempre, la cultura pop y la música “seria”.

Al mismo tiempo se da un salto cuántico, de los instrumentos a las máquinas y los estudios (¿se acuerdan de Esquivel?), en una comunicación permanente, simbiótica, entre el underground y el mainstream, trasvasados en gran parte por la amplificación de los medios masivos, básicamente de la radio, que hizo de la música de baile un factor socialmente exponencial.

Sirva este repaso para reconocer una línea que no puede ser recta y continua, sino como las líneas de la palma de la mano, y de las plantas de los pies.

gospel

Soul Music

Los orígenes de esta música eminentemente de raíces negras se remontan al gospel que se remonta hasta los albores del siglo XVII, y el blues surgido a mediados del siglo XIX, cultural y étnicamente emparentados, al combinarse en una rica paleta musical dieron origen al rythm and blues, que saltó a la cultura popular en los años 40 y tuvo un auge imparable, con una era dorada en la década del 60, con una influencia decisiva en muchas formas de rock.

A diferencia de sus raíces el soul se alejó de las zonas rurales para irrumpir con fuerza en las grandes ciudades, y conquistar al público blanco. Philadelphia y Chicago fueron sedes para generar el sonido característico de la música rítmica con alma, como los sonidos Phili y Motown, verdaderos templos del género, base de lo que se estaba cocinando en el corazón de la cultura urbana popular.

 

soul music

Funk

A finales de los sesenta, producto de una combinación profunda entre el soul y el rythm and blues, emerge con poderosa fuerza un nuevo género, el funk, junto con los primeros mitos de la escena con gente como Roy Ayers, Fela Kuti, George Clinton, Rare Groove y, por supuesto James Brown.

Le acompaña una generación de grupos icónicos, con gran influencia en las técnicas de producción para la música electrónica de baile como P-Funk y Funkadelic.

Disco Music

Con la historia de la música disco no sólo se trazaron por adelantado las primeras piedras de géneros futuros como el house, sino que también dio origen a la cultura club moderna en los años setenta, y deja una impronta, un arquetipo que se mantiene hasta enero de 2020, año de la pandemia.

Medio siglo atrás, la cultura musical de la pista de baile, se nutrió del estruendo hedonista de los grandes salones de principios de siglo, con el atrevimiento burgués de los valses europeos. El colonialismo musical en las Américas no pudo menos que incorporar en su imparable gregarismo musical, con el swing, samba, cha cha, mambo, fox trot e incluso los australes tango y milonga, por no mencionar toda la gama de sabores afrocaribeños.

Pero en las calles de principios de los años 70 todas esas influencias se combinaron en la vida nocturna de las urbes efervescentes, multiétnicas, sobrepobladas.

El llamado hustle fue una primera expresión que tuvo lugar en 1970 en Nueva York, que después se expandió hacia el sur, principalmente los litorales de California y Miami.

Las raíces de funk, soul y algunas influencias europeas fueron reinterpretadas para la pista de baile con versiones más extensas y a veces retocadas o mezcladas con líneas de bajo y percusiones más aptas para los clubes, y fue el origen de la polinización que engendraría nuevos géneros, ya en la era de la música electrónica con las nuevas técnicas de producción y remix.

En Europa productores como Giorgio Moroder fueron decisivos en el sonido característico entre 1970 y 1975 de esta música, tendiendo un puente natural de evolución, con éxitos arrolladores, principalmente con la cantante estadunidense, Donna Summer, con hits masivo como “I feel love”.

Donna Summer

Sintetizadores, cajas de ritmos, samplers y tornamesas

Decíamos que en la música electrónica la diversificación es abundante en subgéneros y tendencias de estilo, que sería una tarea inacabable catalogarlos. Si tratáramos de explicarlo con una metáfora podría ser un evolutivo caldo primigenio, en el que empezaron a circular y combinarse elementos dispersos, de distintas especies antiguas, a veces generados por errores o hacks en su uso.

La música electrónica que conocemos en la actualidad emergió de las escenas y comunidades musicales de tres centros geográficos principales: el Caribe, particularmente Jamaica, como epicentro generatriz. El eje noreste-medio-oeste de Estados Unidos, en los ejes entre las ciudades Detroit-Chicago-Nueva York, y completa el triángulo transatlántico con el norte y centro-oeste de Europa, principalmente en el Reino Unido, Alemania y Bélgica, para convertirse en una cultura global hacia el último tercio del siglo 20.

En el Caribe en los años 60 y 70 fermentó el reggae y su gemelo electrónico el dub, escenario donde se inventó el MCing, variadas técnicas de estudio y en directo, y se exportó evolucionó como hip hop y rap a Nueva York. Como reguero de pólvora  creció a niveles de impacto mundial, dando inicio a géneros específicos como el dancehall y culturas como la del DJing, el remix, el tornamesismo, y que serían parte de la estética de la revolución del breakbeat y del jungle, tema que merece un espacio aparte, para estudiar las variantes que irrumpieron desde el Reino Unido, principalmente de Londres, Bristol y Manchester.

Continuará…

Giorgio Moroder

Imágenes tomadas de:

Mail & Guardian / https://mg.co.za/

60s/70s Soul And music Artists / Pinterest

Cadena Ser / https://cadenaser.com

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