Escuchar la voz de la enigmática artista japonesa, Hatis Noit, es transportarse a las fibras más íntimas del sonido y la sensación, la emoción, la memoria que se transmite directamente entre los seres. Habiendo nacido en la cuna de las más vetustas tradiciones del antiguo Japón, en la remota Shiretoko, Hokkaido, hoy residente en Londres, es considerada como una de las revelaciones más importantes de la música contemporánea de los últimos años.
A Hatis Noit, sobrenombre que recupera el significado del nipón “tallo de loto”, compara la música –a diferencia de la palabra–, como una manifestación que emana directamente de la sensación y de la percepción de dos cuerpos como el de la madre y un recién nacido, endorfinas y energía sensorial a todo lo que da.
Este amor a la estética de las sensaciones pudo tener un detonante fundamental en un encuentro místico con el sonido a muy temprana edad, a los 16 años, en una peregrinación budista a Nepal, donde en un templo de mujeres el cántico de una monja la conmovió de tal manera, que le marcó con la idea del poder visceral de la voz humana y sintió en ese momento el llamado del destino por el canto.
Su versatilidad es deslumbrante en su fibra tímbrica y escala, que le permite el abordaje con soltura de distintos estilos operísticos y vocales, desde la música antigua del Japón, así como cantos búlgaros y gregorianos, en clave avantgarde contemporáneo.
Detrás de su más reciente álbum, Aura, en el sello Erased Tapes, se despliega una profunda reflexión filosófica, basada en el filósofo alemán, Walter Benjamin, término que éste utilizó para significar la esencia fundamental del arte, la cual consideraba es más poderosa en su forma original, que sucede una sola vez.
Como muchas historias fraguadas durante el confinamiento de la pandemia del coronavirus, el confinamiento le hizo reflexionar, y pensó en un remedio musical para los padecimientos por los que el mundo atravesaba, al mismo tiempo que recordar la riqueza y júbilo de la vida. “No podemos vivir para siempre, hacer todo o estar en todos lados, eso es lo que hace a nuestras vidas únicas e invaluables. Quise enfocarme en nuestras limitaciones y mostrar lo precioso que es la vida”, cavila Hatis Noit.
Le llevó años perfeccionar su arte vocal, ha llevado a la creación de su primer álbum, que sigue su EP debut, Illogical dance, en el camino de confeccionar un estilo único, inigualable, con canciones sin palabras, donde el sonido de su impresionante escala, es la materia y sustancia de su concepto.
Para el nuevo álbum, la artista japonesa inició la grabación en Londres y en tan solo ocho horas ya tenía el registro de su voz, cuando acaeció la pandemia. La situación obligó al productor, Robert Raths, a mantenerse local y contrató a la ingeniera de sonido, Marta Salogni. Entre los varios confinamientos se decidió llevar las grabaciones para amplificarlas en una iglesia, y llevarlo al sonido más cercano a un ambiente de concierto en vivo, circunstancia muy afortunada que dio la identidad sonora a este maravilloso álbum.
Texto realizado con información de Bandcamp
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