Por Klaus Cam.
Nagareboshi es un joven productor de México, que se enmarca en el sonido y movimiento del Chiptune, también conocido como 8Bit, una comunidad bastante fuerte en el país, que tuvo su explosión alrededor de 2013, y que cuenta con representantes de nivel mundial.
¿Y qué es el chiptune? se preguntarán algunos, es un estilo musical que se obtiene al intervenir o hackear viejas consolas de videojuegos como Nintendo y Game Boy, para poder programarlos y secuenciarlos en aras de crear música, con el sonido característico que distingue a dichos sistemas operativos, música que suena a videojuegos retro, vintage, retrofuturismo y reciclaje sonoro al por mayor.
Podría pensarse que al tener una fuente de sonidos única y limitada, el resultado puede ser muy parecido entre los productores que se dedican al género, es ahí donde interviene la creatividad y originalidad de cada uno al momento de producir sus tracks.
Por supuesto, como en cada corriente hay variantes y matices, desde los que se van por ritmos más ortodoxos con bases 4/4 hasta los más experimentales y arriesgados. Es a estos últimos a los que pertenece Nagareboshi.
Influenciado e inspirado en la estética del manga japonés, desde el loli hasta el gore y ero guro, Naga traslada la asfixiante y terrorífica imaginería de dichos géneros a clave musical en forma de breakcore, o mejor dicho, chipcore.
En Kizuna, su nuevo álbum, lleva su producción a un nivel más alto de sofisticación y originalidad, atestado de ritmos frenéticos pulsantes a velocidad rompe-caderas, intrincadas secuencias y melodías dignas de cualquier Castlevania, unas épicas y otras emotivas, beats gordos y contundentes, ataques de sampleos de lolis, bpm’s acelerados, e incluso un experimento 8 bit-reggaetón de resultado sorprendentemente bueno, Nagareboshi está en su elemento y lo demuestra con creces, un genio del género.
El álbum cuenta con colaboraciones de sus colegas mexicanos Rowitech y Brysamo, y de Yukkerom y Mofumofu, ambos japoneses, lanzado por la disquera californiana Dismiss Yourself en formato digital y una cantidad muy limitada de cintas que se pueden adquirir a través de Bandcamp, y también se puede escuchar en plataformas de streaming.
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