Traducido de la revista Crack
Richard H. Kirk: 17 artists on the life and works of the Cabaret Voltaire founder
El 21 de septiembre de 2021, el mundo perdió a un talento singular y a un pionero de la música electrónica.
El músico nacido en Sheffield, Inglaterra, cofundador de Cabaret Voltaire, falleció a los 65 años. Su casa disquera de toda la vida, Mute, confirmó su muerte, emitiendo un mensaje: “es una gran tristeza confirmar que nuestro gran y querido amigo, Richard H. Kirk, ha fallecido. Richard fue un genio creativo señero, quien emprendió un claro sendero en su vida y carrera musical. Lo extrañaremos mucho. Pedimos dar algo de espacio a su familia”.
Tributos al artista inundaron internet los días posteriores al anuncio. Amigos, artistas compañeros y sus seguidores –y la mezcla de ellos– saludaron la obra y legado de Kirk, intercambiando anécdotas acerca de sus primeros encuentros con su música, sus discos favoritos y recuerdos destacados.
La carrera musical de Kirk que se extendió varias décadas inició en los años 70 con la formación de Cabaret Voltaire o simplemente “los Cabs”. Fundó el grupo en 1973 junto con Stephen Mallinder y Chris Watson. Con el paso de los años, el grupo evolucionó de escarceos electrónicos DIY y experimentos con cinta de carrete abierto para lograr un estilo más estructurado y rítmico –el que los alinearía con la música industrial temprana y el post-punk. En tanto crecía su presencia y base de seguidores, y entonces algunos grupos que se vieron influidos por los trabajos de Kirk y Cabaret Voltaire, como Orbital, Depeche Mode y New Order.
En el momento de su deceso Kirk era el púnico miembro restante de Cabaret Voltaire. En 2020, se lanzó un álbum, titulado Shadow of fear. Sería el primer álbum del grupo en 26 años, y la primera producción con Kirk como único integrante. Para principios de 2021 salieron otros dos discos.
Kirk mantuvo una carrera ilustre y prolífica como artista solista, produciendo música electrónica inventiva y experimental bajo una plétora de alias, incluyendo Sandoz, Electronic Eye y Sweet Exorcist –un proyecto colaborativo con Richard Barratt, aka DJ Parrot o Crooked Man.
Aquí recogimos algunas palabras de artistas que compartieron sus momentos favoritos con Kirk, su enfoque revolucionario y el papel que desempeñó en la formación de sus propias trayectorias.
Daniel Miller / Mute Records
Conocí a Richard y Cabaret Voltaire en 1978, cuando lanzaron su EP en Rough Trade. Los vi tocar en el Electric Ballroom por esos entonces, que resultó muy memorable. Cabaret Voltaire actuaba totalmente sin compromisos, de manera muy decidida. Richard estaba en busca de su propia dirección, que es fantástica. Es la clase de artista con quien te gusta trabajar. Tenía una idea muy clara, como si siempre estuviera en un camino creativo.
Hace algunos años, cuando decidió tocar de nuevo en vivo bajo el nombre Cabaret Voltaire, lo vi en el escenario varias veces. Emocionalmente, para mí fue muy fuerte y reconfortante estar ahí. Fue un suceso, diría yo. Tocamos en un festival en Portugal y en la República Checa. Él nunca miró hacia atrás, nunca deseó mirar hacia atrás. Toda la música que estaba tocando era nueva, y por supuesto, todo terminó, de nuevo en el álbum Shadow of fear: nos reconectamos en ese punto, lo cual fue grandioso. Al paso de los años perdimos un poco el contacto, y entonces estábamos lanzando un nuevo disco de Cabaret Voltaire, como en los viejos tiempos. Fue en esos momentos en que nos reconectamos a un nivel diferente, a un nivel personal. Él era una persona muy cálida, siempre un placer estar con él, observar y crear.
Numerosos artistas se han inspirado en su trabajo, sin lugar a dudas. No solo al principio sino a lo largo de su carrera. Y creo que eso continuará. El hecho de que inspire a artistas después de que su música se haya ido, y seguirá inspirando personas incluso desafiándolas. Esa es su música –su legado– es el impacto que seguirá teniendo en su audiencia y los jóvenes.
Él creó tanta música a través de los años. Cabaret Voltaire se separó, y él decidió trabajar por su cuenta con diferentes nombres y estilos. No podría haber sido alguien más, él era tan claramente él, un talento único. No hay muchos artistas de los que se pueda decir eso. Todos lo extrañaremos terriblemente –como músico, como ser humano, como artista. Es una terrible pérdida.
Mark Stewart / The Pop Group
Yo invité a tocar a Cabaret Voltaire en una especie de mini festival que nuestro Pop Goup tenía con Nico y Linton Kwasi Johnson. Es el cartel para el Electric Ballroom. Richard se presentó a sí mismo como un tanto lúgubre –en un sentido divertido– rente a nosotros, unos bembos del oeste del país; pero siempre me recordó a mi padre, científico: una mente herramienta de precisión. Algo que me impresionó durante años. Si nadie habla de cosas sobresalientes, Rick realmente desafiaba al rebaño –te amo Kirky.
Cosey Fanni Tutti y Chris Carter / Throbbing Gristle, Chris & Cosey, Carter Tutti Void
Chris Carter: conocimos a Richard hace como 40 años, en un concierto en el que tocamos juntos en la Universidad de Sheffield. Platicamos sobre equipos, sampling, comparando sintetizadores, efectos, técnicas y cosas así. Fue por ese entonces que ofrecimos publicar algo del material de los Cabs en cassette, en nuestro sello Industrial Records. Como sucedió, Richard tenía una gran cantidad de tracks terminados en solitario en los que había trabajado –que sonaban geniales–, por lo que decidimos producir primero su álbum. Este fue Disposable Half-Truths –su primer lanzamiento como solista y que sería el inicio de toda una trayectoria estelar paralela.
Cosey Fanni Tutti y Carter: Siempre nos mantuvimos en contacto, conversando, intercambiando discos, algún consejo y tal –lo de siempre. Hace unos años, durante uno de los periodos más intensos de intercambio, nos envió una caja de CDRs llena de esta asombrosa música club de un montón de artistas de los que nunca habíamos escuchado; tracks bailables absolutamente brillantes. Cuando le preguntamos quiénes eran y dónde los había obtenido, él solo dijo: “soy yo”.
Richard no era de los que viajaba. Era famoso por su repudio a volar donde fuera, y estaba de acuerdo en viajar por carretera o en tren. Hace como doce años, fue convencido de presentarse de nuevo en vivo, y empezó a aparecerse en festivales alrededor de Europa. Lo podías ver vagando alrededor detrás del escenario con una gran sonrisa en su rostro y una bolsa de plástico llena de cintas, disquetes y CDs –quizá estaba un poco paranoico de dejarlos en el escenario. Parte del equipo que estaba utilizando era realmente antiguo –viejos samplers, teclados y máquinas VHS– pero siempre montaba un espectáculo grandioso.
La última vez que lo vimos fue en París hace un par de años. Estábamos compartiendo camerino, y empezó a hurgar en su bolsa de plástico, sacó un CD y dijo: “¿quieren una copia de mi nuevo álbum?” Como siempre, generoso hasta el cansancio.
Cuando tocamos juntos en el Roundhouse en 2012 llegó a la prueba de sonido totalmente estresado. Le pregunté si estaba bien y me respondió que “realmente no, acabo de tirar todo mi guato”. Resulta que cuando salió de la estación de tren en King’s Cross y vio todo lleno de policías con perros detectores. Entró en pánico y arrojó toda su hierba debajo del tren, pero resulta que la policía estaba buscando en otro tren. Su prueba de sonido duró una eternidad porque estaba muy estresado y molesto –hasta que se las arregló para darse una fumada.
Nos encantaba que no fuera de los que se estancan en el pasado, y siempre estaba mirando hacia adelante, trabajando constantemente en nuevos tracks e ideas. Su prolífica e incomparable contribución a la música club y dance, y que nunca se “vendió”. Creo que al menos debíamos de agradecer que tenemos este colosal catálogo de música para recordarlo.
Nik Void / Factory Floor, Carter Tutti Void
Richard hizo el remix de un track para Factory Floor –Two different ways– y entonces tuvimos la oportunidad de invitarlo como DJ una noche que curamos para Adidas. Estaba horrorizada por la magnitud del branding. El equipo de Adidas proyectó sobre la cabeza de Richard un gigantesco zapato Gazelle. Él pensó que era divertido –estar feliz solo tocando allí su dub. Estaba extremadamente calmado.
Después nos lo encontramos en algunos festivales. En Incubate, en Holanda, caminó sobre el escenario ataviado con su traje, cargando su bolsa de plástico atestada de pistas en DAT. Tardaban una eternidad en cargarse; una vez dispuesto todo, tocando, simplemente te volaba la mente -¡orden y caos al mismo tiempo! El enfoque pragmático de los Cabs hacia los aparatos del equipo, siendo el principal intérprete, capturó mi atención, principalmente porque Richard parecía cautivado con el proceso de la creación, más que en el entretenimiento. Esto me inspiró tremendamente. Además el 12 pulgadas Testone, en la disquera Warp, a través de su alias Sweet Ecorcist, y el hecho de que se negaba a volar a cualquier lado. Nos topamos con él en AMF, y nos explicó cómo había viajado en barco.
William Basinski
Cuando conocí a Richard, era adorable. Él y su esposa vinieron a verme a un extraño y pobremente asistido show en un fabuloso nuevo complejo teatral en Tilburg, Holanda. Era un lunes o martes en la noche, en que los chicos habían gastado su dinero el fin de semana y no pudieron llegar a Amsterdam. De cualquier manera, ya estaban allí, y mi manager, Danilo Pellegrinelli y yo salimos con ellos. Los promotores de este nuevo sofisticado lugar fueron tan amables de dejar abierta la fabulosa cafetería para nosotros después del show. Éramos Danilo, Richard, su esposa y yo, y dos o cuatro chicos que sí se las arreglaron para llegar, y nos sirvieron toda la noche.
Yo tenía unos cuantos días entre los shows y me quedé en el departamento de un amigo en el Distrito Red Light de Amsterdam. Richard tocaba en un show de los Cabs para un festival en Amsterdam. Teníamos pases, así que, por supuesto que fuimos. Richard estaba como el Wizard of Oz detrás de esa enorme muralla de viejas videocaseteras y monitores que controlaba en medio de música a volumen extremadamente alto. ¡Fue increíble!
Creo que fue más tarde esa noche, muy tarde, deambulamos en los alrededores de donde me estaba quedando para buscar algo de beber. Había un local de pizzas aún abierto y los cuatro pedimos un montón de cervezas y unas rebanadas de pizza y sostuvimos la más deliciosa charla. No puedo recordar de qué hablamos pero fueron adorables, y antes de que todos nos retiráramos, me hicieron una invitación para visitarlos en Sheffield. ¡Waaaaaa! Él fue brillante y divertido. Estoy tan triste. Bueno, él danzó hasta morir. Como uno lo hace…
Josh Cheon – Dark Entries
Conocí la música de Richard a través de Cabaret Voltaire, cuando tenía 16 años, Mi amigo era el director de música electrónica en la estación de radio de la universidad donde se estaban deshaciendo de algunos viniles y entre ellos había dos álbums de Cabaret Voltaire: The Arm of the Lord y Eight crepuscule Tracks. Aún tengo ambas copias en mi colección, y en la reseña del sticker del primero se leía: “Mucho ruido, no solo música –si acaso música pero mucho como Kraftwerk pero muy buena. Prueba Yashar”. Luego de escuchar The web mis oídos musicales fueron cambiados para siempre con sus estruendosos sintetizadores sobre un ritmo bailable. Esos dos discos eran solo el comienzo, en adelante compraría todo disco de Cabaret Voltaire que saliera a la venta.
Su música continuaría inspirándome al iniciar mi carrera de DJ en la estación de radio de la universidad y en clubes, iniciando eventualmente mi sello disquero. Mi segundo lanzamiento fue un proyecto llamado Death Domain, que citó a Cabaret Voltaire como influencia. Pronto aprendería vería que muchas otras bandas en mi sello seguían la tendencia. Afortunadamente, tuve la suerte de relanzar la música de Eric Random, que Richard ejecutó y produjo.
Creo que quien haya escuchado algún álbum de Cabaret Voltaire, salieron a hacer su propio ruido electrónico. Derrumbaron puertas musicales con su enfoque de avanzada para editar cintas, samples disonantes y ritmos palpitantes. La prolífica y subversiva música de Richard vivirá para siempre, lo que significa que él también.
Martin Moscrop and Jez Kerr – A Certain Ratio
Martin Moscrop: Conocimos a Richard cuando los Cabs tocaron en una de las noches de The Factory en The Russell Club en Manchester. Pensábamos que estábamos haciendo todo lo que amábamos acerca de la música: un Kraftwerk estropeado, con bucles de cintas, sonidos extraños y voces realmente distorsionadas. Richard hacía que su guitarra sonara como un sintetizador, justo lo que tratamos de hacer después de verlos. Alguien grandioso con quien compartir y de quien aprender. Los Cabs fueron una gran influencia para A Certain Ratio. Richard nunca temió experimentar con la música, con los sonidos, no temía hacer nuevas cosas y ser diferente.
Jez Kerr: La primera vez que escuché a los Cabs mientras ensamblaba físicamente el sampler del Factory en la calle Palatine 86 –“Baader Meinhof” voló mi mente completamente. Cuando los vi tocar “Nag Nag Nag” en vivo, volvía volar. Los sonidos de Richard en “Baader Meinhof” y la intro de “Nag Nag Nag”, hace temblar. Su influencia y la de Mal, fue, y es, masiva.
Martin Moscrop: Son demasiados recuerdos para mencionar de las noches en Sheffield. Richard vino a Manchester para ver a Kraftwerk por ahí del 2004 y me encontré con él, su esposa y Eric Random antes del show. Estaban en la lista de invitados y resulta que Kraftwerk habían sido fans de los Cabs desde mediados finales de los años 70. Después del show les dije que me tenía que retirar y al día siguiente me enteré de que todos habían regresado al hotel de Kraftwerk para hacer fiesta con ellos. Desde entonces sufro de FOMO (temor de perderse algo).
HAAi
Cabaret Voltaire fue una gran influencia en mis primeras bandas cuando era más joven. Desde entonces, me han fascinado los numerosos proyectos Richard H. Kirk y sus alias. Hace algunos años realicé un especial de RH Kirk en Worldwide FM. También toqué alguno de sus tracks en la mayoría de mis primeros mixes.
Su experimentación con la electrónica era realmente inspirador. No hay necesidad de apegarse a un solo campo musical es algo que celebro. Desde lo súper ruidoso y la experimentación con breakbeats y ritmos diferentes, luego con proyectos como Sandoz, mucho más melódico. Abarcaba una amplia red al hacer música. Deja detrás catálogos enteros de música y sonidos que serán descubiertos por generaciones.
Regis
Aunque había visto algunas veces a los Cabs en los 80 y principios de los 90, la primera vez que propiamente conocí a Richard fue en un concierto legendario en el que tocamos en el icónico Park Hills de Sheffield en 2010. Era un poco como el equivalente del sur de Yorkshire de conocer al papa en el Vaticano.
Bueno, en el mismo concierto durante nuestro set (como Sandwell District) él vino hacia mí y me preguntó “¿qué track es éste?, a lo cual contesté, “es tuyo, de los Cabs”. “Ahh… Sabía que era muy bueno”, dijo, y tuvimos nuestro momento con esto detrás de las tornamesas. Fue uno de esos momentos asombrosos.
Su influencia corre como un hilo dorado a través del tejido de la música electrónica. Su habilidad de moverse imperceptiblemente a través de los tiempos, y producir repetidamente en su camino discos que definen una era. Nunca miró hacia atrás; siempre estaba empujando y dos pasos adelante.
Surgeon
Tuve conocimiento de Cabaret Voltaire a través de su conexión con Throbbing Gristle y lo que habían publicado en Industrial Records, pero creo que la primera canción que escuché fue “Nag nag nag”. Recuerdo haberme impresionado de que se tratara de la misma banda que escuché con el single “Easy life” en 1990. Mostrando de manera experta tal rango estilístico. Lo que más me inspira es su actitud y su hambre de nuevos sonidos. Su idea de siempre mantener una postura contraria y siempre desafiar al sistema. “Ese es el trabajo del artista en l sociedad. No es pintar lindos cuadros, es decir algo, incluso si solo es: “jódete”.
LoneLady
Yo realmente caí en un agujero de conejo al escuchar todo el catálogo de Cabaret Voltaire alrededor de 2015. Esto me llevó a explorar los numerosos alias y prolífica producción de Richard H. Kirk –poseo alrededor de 12 álbumes solita de Richard y ¡es apenas un atisbo en su obra! Se puede (muy ampliamente) dividir en dos el enfoque de Cabaret Voltaire y el de Richard; me encanta su cualidad lo-fi granulosa, particularmente los experimentos y las innovaciones con cintas, con los primeros sintetizadores, cajas de ritmos y efectos, para llevarlo más allá de la música hacia algo más cercano a piezas de arte sonoro, soundtracks y alucinación. Me encanta la sensación de collage y montaje su este trabajo. Igualmente me gusta su sonido orientado al baile. Todas esas líneas de bajo de sintetizador secuenciadas, y electro beats pegadores y samples tienen una enorme influencia, en a dirección de mi álbum Former things. Richard también era un gran anti-guitarrista –amo esa manera de tocar la guitarra, coruscante y ríspida. Todos estos elementos realmente resuenan conmigo en mi propia trayectoria académica y enfoque, amor por el ritmo y las cajas de ritmos.
Richard fue un gran artista; sentarse en su estudio y mantenerse creando año tras año, como en una misión obsesiva, es un logro increíble. Realmente viajó profundamente en territorios de exploración sonora para crear un imponente cuerpo de trabajo. Un legado que desafiará, inspirará y pasará sin duda la prueba del tiempo.
Bjorn Copeland & Aaron Warren / Black Dice
Bjorn Copeland: Cabaret Voltaire fue mi primer conocimiento de la música de Richard H. Kirk. Se mencionaba junto con una larga lista de bandas –como Neu!, The Residents, Chrome, Throbbing Gristle– pero sus discos eran imposibles de conseguir en Nueva Inglaterra. La primera vez que los escuché tendría que acreditarla a una ex novia y a un traficante que frecuentaba, que también vendía discos. Eso habrá sido a finales de los 90.
Aaron Warren: Cuando tenía 19 años y vivía en Boulder, Colorado, compré la colección de discos de música industrial, de alguien, en el Ejército de Salvación, por unos cuantos dólares. Estaban algunos de Throbbing Gristle, Chrome y Cabaret Voltaire. La música de Cabaret Voltaire sonaba tan inmediata e íntima –al mismo tiempo misteriosa y desconocida, pero también accesible– como algo que podría hacer yo mismo.
Como alguien que trabajado en una “carrera” creativa durante un par de décadas, considero que es realmente esencial y alentador saber que hay amigos que han forjado un camino que es incluso más largo, y que nunca pareció intimidarse al tomar riesgos. Es imposible exagerar lo importante que es eso. Son caracteres fuera de serie. Richard H. Kirk expresó una inmensidad a través del cuerpo de su trabajo, y prodigó toda una vida valiosa en ideas para que las siguientes generaciones las digieran y respondan a ellas. No es poca cosa.
Warren: ¡Su catálogo es tan profundo! ¡Acabo de escuchar Sweet Exorcist por primera vez este año! Es toda una vida dedicada a la exploración que es el modelo absoluto para todos nosotros.
Jan St Werner
Mouse On Mars
Escuchamos por primera vez Sweet Exorcist a mediados de los 90. Nos enganchamos de inmediato. El rasposo y grueso sonido analógico de Kirk era mucho más cercano a lo que nos gustaba que la limpieza sintética del IDM o cualquier otra música pop con influencia tecno. Probablemente todo lo que te gusta nutre tu pensamiento y acción. Sus distintivos picos melódicos de bajo tono, sus ritmos densos funky; la libertad de cambiarlo todo en el momento que quieras. También Sandoz es genial, agregando otra capa de temperamento y abstracción. Sandoz tenía esta cualidad “soundtrackesca”, sin llegar a ser descriptivo o kitsch. [Kirk me enseñó hay que] mantenerse en movimiento, haciendo lo que más disfrutas, expandir tu groove.
JD Twitch
Optimo
Empecé a frecuentar los clubes alrededor de los 15 años y siempre estaban tocando “Nag nag nag” y “Yashar” pero inicialmente no sabía de quién eran. Entonces salió Sensoria y se convirtió en un gigantesco éxito de club, y yo tenía que poseer ese disco. También incluía el video más increíble, innovador. Desde ese momento en adelante seguí todo lo que Richard produjo, y también exploré en su catálogo.
Yo pensaba que Cabaret Voltaire andaban por ahí en una liga propia. En el punto en que me enganché con ellos, tenían una habilidad única para endosar a las máquinas una gran dosis de funk –al punto en que mucha música electrónica estaba desprovista de todo tipo de groove. Eran verdaderos pioneros, siempre mutando, siempre innovando: accesibles pero extraños.
Debo confesar haber tomado “presatadas” algunas de las secuencias clásicas de Richard para numerosos remixes que hice. Suelden decir que son “hurtos geniales”, pero no estoy seguro de que sea correcto; es más el haber hurtado de un genio. Mantengámoslo entre nos, ¿de acuerdo? Creo que su legado será eterno. Siempre fue un líder, nunca un seguidor. Una cosa realmente destacable para mí es que su innovación y calidad del control, nunca menguó. Él nunca, en ningún momento tuvo periodos declinantes, cuando creaba música deslucida, y a la mitad de los 60 años de edad seguía siendo un pionero de cuando inició casi 50 años antes. Creo que vivimos unos tiempos sin edad, lo que considero algo muy poderoso.
Créditos de imágenes:
Revista Time Out, The Quietus, NME, Electronic Beats, Discogs, YouTube, Earth Agency, Rock Axis, SF Chronicle Date, Electronic Beats, Resident Advisor, Somerset House, Dan Hougland, BOMB Magazine, Attack Magazine.
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