Si se filmara el nacimiento de una flor en slow motion desde el bulbo hacia el máximo esplendor de sus pistilos, hasta su elegiaca decadencia, todo en poco menos de una hora, el soundtrack perfecto sería Another Flower, de Robin Guthrie & Harold Budd. El afamado fundador de Cocteau Twins y uno de los más prolíficos y creativos exponentes del minimalismo contemporáneo en clave ambient, juntos nuevamente.
Es un álbum que será clásico o ya lo era, hibernando, esperando a salir a la luz en el momento preciso, diciembre de 2020, al final del año en que vivimos y sobrevivimos la pandemia. Another Flower estuvo bajo tierra siete años, desde que se grabó y produjo un verano lluvioso de 2013 en el estudio de Guthrie en Bordeaux, Francia.
El disco, publicado en Darla Records, fue lanzado el pasado 4 de diciembre. Está integrado por 9 temas, interlineados por la más excelsa comunión estética, de afinidades químicas electivas, juntos han alcanzado cumbres de intenso magnetismo aural.
Los seguidores de ambos podrán recordar con gran placer el acercamiento entre Cocteau Twins y Harold Budd, The Moon and The Melodies, prístina colaboración datada en 1986. Budd y Guthrie han coincidido en distintas ocasiones para crear trabajos de la más alta factura, con algunos soundtracks en su haber, como Mysterious Skin (2004), After The Night Falls (2007), Before The Day Breaks (2007), Bordeaux (2011), White Bird in a Blizzard (2014).
Guthrie, creador de un estilo inconfundible y de vasta influencia con la exploración sonora con la guitarra y la electrónica: cuerdas desmadejadas que se desmelenan en cascadas evanescentes, como las nostálgicas notas que flotan en un paraíso aural intacto, y Harold Budd, maestro del minimal ambient de pianos flotantes y atmósferas de imperceptibles variaciones de notas suspendidas en el éter en un flujo de loops de tonos en frecuencias improbables en juegos que espejean sonidos como ondas en el agua.
“Some Smoke”, como la primera luz a partir del fungus en parajes neblinosos, suspendidos por el haz primigenio, abre con esas cuerdas lánguidas liberadas en el éter, marca registrada del exCocteau Twins, sostenido por la textura y reverberantes notas de piano.
“Perfect Fire” avanza desde las primeras notas del piano de Budd, con un sonido que se desdibuja y entrevera con las evoluciones lentísimas de la guitarra. Reverberaciones de notas altas en piano y coruscante envoltura de guitarras etéreas en “Coral” dialogan en la tónica de un tema acuático. El piano de Budd en “November Day” rompe con la matriz minimalista y desliza melódicas campestres entre pinceladas de ocaso otoñal.
En un pasaje saturnal “After Dark” en un dron ascendente con cuerdas en lenta marea de tranquilidad redondea un poema sonoro de acariciante resonancia. Con la fina ironía del tema, “Pleasant, if Not a Little Deadly”, la dupla empdende de arranque una escalada sutilísima de atmósferas envolventes y radiantes glissandos. El fino rasgue de cuerdas en “Harlequin Delight” remonta la textura de fondo con una melodía ascendente, ralentiza hasta perderse en notas de un piano de pedal suave, marca personal de Budd.
Su característico piano de pedal suave dibuja la entrada del penúltimo tema, “Very Slender Homage”, como sonata de tonos dramáticos que transitan imperceptiblemente a la melancolía elegiaca, para cerrar con “Beau, as in Beaumont”, una lenta oda de paleta melancólica también, de acuarela nocturna en la quietud desértica del oeste de Texas.
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Utz Kohler / Into the Music
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