Si se le preguntara a alguien a principios de los años 2000 que predijera qué ciudades serían influyentes en música electrónica, en los años por venir, sería muy poco probable que alguno eligiera Kampala, Uganda.
Pero aquí estamos.
A través de las naciones africanas, formas electrónicas vernáculas y versiones de la cultura DJ han flotado por esos lares desde hace un buen tiempo. Pero en Kampala han sido influencias catalizadas por dos inmigrantes: un griego-armenio, Arlen Dilsizian y el belga Derek Debru, fundadores del club Boutiq Electroniq y del sello y festival Nyege Nyege. Llegaron como inadaptados de estas varias escenas, y de hecho de ninguna, que han reunido un circuito sólido, influyéndose mutuamente y con una diversidad de artistas internacionales que van a contactarlos.
Sin embargo, con Ryan Treanor, un joven talento extremadamente prometedor quien regresó de una residencia con el crew de Nyege Nyege, se ha revigorizado el mix de artistas, y con sus beats singele-tanzianos, a 200bpm, entregó uno de las mejores producciones de 2020.
No se puede omitir al artista japonés residente en Berlín, Shigeru Ishihara, aka DJ Scotch Egg, quien ha sido un enérgico productor y prolífico colaborador de la escena ugandesa por casi 20 años, con propuestas que van del estilo “piercing Gameboy-soundtrack” de chiptune al deep dub, y al aggro breakcore.
En este contexto de colaboraciones con muchos de los artistas de Nyege Nyege, Ishihara ha actualizado su nombre con un snackfood para dar tributo a la famosa calle de Uganda “Rolex” con su célebre combinación omlette/chapati/vegetal, que parece involucrarlo en una enorme racha creativa.
TEWARI, publicado en el sello Hakuna Kulala, es oscuro como el averno, para empezar. No solo los dos tracks que presentan los alaridos y rugidos de Martin “Lord Spikeheart” Kanja, o la participación de la banda de metal extremo, Lust Of A Dying Breed, de Kenia, que de suyo ya representa una potente declaración de intención. Es también el vocabulario del dancehall ugandés del estilo de Swordman Kitala en “Nfulu Biswa”, primo cercano del proyecto death dub, The Bug, de Kevin Martin y “Afro Samurai”, una producción colaborativa con el manager del estudio Nyege Nyege, Don Zilla, suena como gqom beats sudafricanos convertidos en apocalípticas danzas de guerra.
Pero no se trata de una prueba, porque es a través de un auténtico deleite en el descubrimiento y comunicación de cada uno de los beats disparados esos sonidos familiares como el dub, trap y techno, que discurren y escapan. Pero esto es el más bajo común denominador de una fusión globalizante: es resultado de una excitante exploración de posibilidades en cada encuentro cultural específico en las que el colectivo Nyege Nyege se proyecta.
Traducido de la reseña en The Art Desk, por Joe Muggs
Puedes adquirir el álbum en formato digital en la página de Hakuna Kulala en Bandcamp
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