A los 23 años, en 1969, Gavin Bryars inició la exploración sonora The Sinking of the Titanic, que presentó como un boceto en una hoja carta, en apoyo a un evento académico. La idea base del significado de la actitud de seguir tocando música durante los momentos más amargos del naufragio, y hasta los momentos mismos del hundimiento, ofrece una poderosa metáfora.